Una encuesta realizada hace unos meses, señala que la mitad de los uruguayos no confía en lo que le informan los medios de comunicación.

Los medios de información son una institución clave de la democracia. Que quede claro: no hay democracia sin prensa libre. La del periodista es la única profesión protegida constitucionalmente, y eso no es casualidad. Nosotros, los periodistas, y a través nuestro los medios de información, somos quienes garantizamos que el debate público democrático se pueda llevar a cabo. Eso no es nada menor, pero no es lo más importante.
Sobre todo y fundamentalmente, el periodismo es el “perro guardián de las instituciones”. Es el contrapoder por excelencia, cuya función esencial es vigilar a todas las instituciones, incluyéndose a sí mismo.

Así es: es necesario que los medios no escapen al escrutinio de los medios. Que los periodistas no escapen al escrutinio del periodismo.

Así como no alcanza que los políticos y gobernantes sean éticos y honestos, sino que deben también parecerlo, lo mismo aplica al periodismo: no alcanza con ser libres, éticos e independientes: hay que parecerlo para ser creíbles.

Porque la esencia liberal e independiente de los medios es una de las bases del sistema. Y porque, si la gente deja de creer en nosotros, eso sería una verdadera tragedia para todo el país.

Los medios seguirán siendo buenos negocios y actores políticos, pero una sociedad requiere y exige de buenas historias sobre su realidad, y esas historias solo las pueden proveer los buenos periodistas: esos que salen a la calle a buscar desde dónde comprender la vida.

A estos periodistas es a los que van a seguir en el futuro: a esos que hacen reportería, cuentan historias en las que podemos comprendernos como individuos y colectivos, nos ofrecen un mapa de lo significativo en el mar de la información, nos indican modos de comprender y maneras de imaginar nuestro presente.

  • Extractado de la Universidad Católica.