El “otro” desembarco
23 años antes que Blanes, la escena había sido retratada por una mujer.
Seguramente todos tenemos presentes, el cuadro de Juan Manuel Blanes (1830-1901) del desembarco de los “Treinta Tres” cuya denominación oficial es “Juramento de los Treinta y Tres Orientales” (1877) .
Sin embargo, ésta obra, que reproducimos en nota aparte, no fue la primer representación de un hito histórico que marcó el comienzo de la denominada “Cruzada Libertadora” de 1825.
La primer representación al óleo, fue obra de una mujer: Josefa Palacios. La obra fue pintada 23 años antes que la de Blanes.
La pintura se ajusta a la “verdad histórica” del desembarco. Se representa en un paisaje nocturno escasamente iluminado. En el centro de la escena aparece el Libertador Juan Antonio Lavalleja, quien sostiene en su mano izquierda la bandera tricolor azul, blanca y roja. Al fondo, un grupo de componentes de la expedición libertadora en diversas actitudes, y detrás se divisa el río Uruguay y una embarcación que se aleja.
La obra de Josefa Palacios, carece de todo “academicismo” o “realismo”, está despojada de actitudes solemnes, tal cual lo hiciera Blanes.
El “desembarco” de Josefa data de 1854. Nuestro país había dejado atrás 12 años de intensa guerra civil entre colorados y blancos -cuyas vinculaciones políticas trascendían fronteras y llegaban a nuestros vecinos-. La “Guerra Grande” (1839-1851), sin dudas, había dejado graves y hondas heridas en la identidad nacional y en su población. La reconstrucción política y económica urgía. El desarrollo de las artes, no parecían estar en el centro de la preocupación de los gobiernos de posguerra.
Pero, ¿quién fue Josefa Palacios? Así como su obra permanece casi en el anonimato, también sus datos biográficos son insuficientes. Por ejemplo, se desconoce su fecha de nacimiento (su partida se ha extraviado) y se estima que habría fallecido hacia 1881, aunque tampoco se ha ubicado su acta de defunción.
Hija de Pedro Antonio Palacios y Rosa González Amores, esta artista fue oriunda de Colonia, aunque también vivió en Montevideo y Buenos Aires debido a la actividad comercial de su marido, el español Manuel Gómez de la Gándara.
El periódico “El Comercio del Plata” del año 1849, la señala como una pintora precoz. A la temprana edad de 12 años se destacaba en el manejo del lápiz y el pincel.
Su obra fueron miniaturas y retratos. Cabalmente, podríamos designarla como la primera pintora nacional, si bien existen escasos registros y testimonios de sus obras: el retrato de Martía Ortíz Laguna de Argento, el de su hija, el del político porteño Florencio Varela o bien, el retrato del poeta Francisco Acuña de Figueroa.
Dos décadas después de la pintura de Josefa Palacios, el “Pintor de la patria”, Juan Manuel Blanes a instancias de los gobiernos de la época (período “Militarista”), pintaría una de sus más famosas obras. Sus grandes dimensiones (más de 3 metros de alto por 6 de ancho), su estética académica, y el favor del Estado que la oficializaría y popularizaría, “ocultaban” de la memoria histórica la obra de Josefa.
A inicios del siglo XX, en 1911, el “Desembarco” de Josefa fue adquirida por el Museo Histórico, habían pasado 57 años de su creación. El paso del tiempo, había oscurecido la escena. Era necesaria una restauración. En 1913, fue realizada por el pintor paisajista Ernesto Laroche (1879-1940).
Sin embargo, la obra de Josefa no estuvo exenta de cuestionamientos sobre su autenticidad, pues no firmaba ni fechaba sus obras.
Correspondió al historiador Juan Pivel Devoto, entonces Director del Museo Histórico Nacional, develar la fidelidad de la obra de su autora.
Pivel, escribió en 1952 un artículo en el diario «El Debate» zanjando la cuestión sobre la obra y su autoría. En él puntualizó que el «Desembarco», que figuraba en el catálogo de obras del Museo Histórico Nacional, era sin dudas de Palacios. Para verificar la autenticidad detalló que en abril de 1854, en un artículo de «El Eco de la Juventud Oriental» se señalaba: «hemos tenido el placer de examinar un hermoso trabajo (…) [de] Josefa Palacios de Gómez, representando el desembarco en las playas orientales, de los 33 héroes que vinieron a reconquistar la libertad de nuestra patria»
Seis décadas después de los estudios de Pivel, las cuitas de la obra aún continuaban. Peor aún, ambas, la obra y su artista, eran casi inadvertidas para el público uruguayo.
En el año 2012, la Prof. Sonia Brandymer realizó una investigación en el marco de la realización de «Arte Activo. Catálogo digital de artistas visuales de Uruguay», en el actual contexto de fuerte irrupción en la agenda nacional de las políticas de género impulsadas desde el Estado, darían impulso para la restitución histórica de Josefa Palacios y su obra, en un lugar destacado, como una artista visual pionera en Uruguay.
Falleció en 1881. Montevideo y Colonia del Sacramento, en homenaje, cuentan con calles que llevan su nombre.
Hoy 19 de abril, en el marco de una nueva conmemoración del “Desembarco de los Treinta y Tres Orientales”, es una instancia propicia rescatar para la memoria nacional, la primer obra pictórica que intentó retratar aquel evento, de manos de una mujer cuya obra ha sido “acallada” durante más de un siglo y medio.
Actualmente, la obra de Josefa Palacios es expuesta en el Museo Histórico Nacional. Allí, se la puede observar, de martes a domingos desde las 12 a las 18 horas. Cuando los tiempos sean más propicios y quiera conocerla personalmente, visítela en la Ciudad Vieja, Montevideo.
Agradecemos el aporte de Martín Diego Barrero Alvarez