Muchas veces pasé por la esquina aquella,  entre grises paredes y silencios solo interrumpidos por la música del  receptor de radio con alto volumen en alguna de las ventanas.

Hoy es distinto y aunque la radio esté apagada y cerradas las ventanas, la calle no parece en silencio, porque hay pinturas que hablan con voces diferentes.

Es que Leonardo Aldama Colina y sus compañeros de Artesur, han tomado paredes y muros de la ciudad como sus “lienzos” par una obra que está cambiando el código urbano

Desde que lo hacen, parece como si de pronto se hubiera instalado la idea de que ya no pueden existir espacios vacíos en los muros duraznenses.

En silencio esta pintura parece ir adueñándose de las paredes de la ciudad.

Lugares grises y tristes hasta ayer, han cobrado vida y color.

Creo que  poco a poco, el duraznense ha comenzado a disfrutar de las propuestas en estos improvisados lienzos callejeros, improvisados digo, porque pueden ser aquí o allá, donde surja el lugar, donde lo vean sus autores o algún lugareño lo ofrezca.

Leonardo  está preparando el salón para el comienzo de clases en el Taller de Artes Plásticas de Durazno.

Y cuando termine, o ahora tal vez con sus compañeros, nacerá otra obra.

Para nuestro regocijo.

 

El artista es la mano que, mediante una y otra tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana. – Wassily Kandinski