Aviones Hércules transportarán al Aeropuerto de Santa Bernardina las vacunas Pfizer y desde allí a otros puntos del país.

Hace meses el Ministerio de Salud Pública trabaja en la puesta en marcha de la campaña de vacunación contra la COVID-19. Prepara la logística que asegure la trazabilidad de las dosis y que los grupos de riesgo sean los primeros en ser inoculados. Un equipo de más de 30 expertos ajusta todos los detalles para la implementación del plan estratégico, una vez que arriben las vacunas a Uruguay.

El asesor logístico del Ministerio de Salud Pública Raúl Bianchi explicó que se actuó bajo la premisa de “estar prontos para el escenario más complejo”. En ese sentido, indicó que se trabaja para posibilitar que accedan primero a la inmunización los grupos definidos como prioritarios, garantizar la cadena de frío y evitar que se pierdan dosis.

Al arribo al país, la vacuna del laboratorio Pfizer, que debe ser almacenada a -70°C, será depositada en la Terminal de Cargas Uruguay, ubicada en el área aeroportuaria, donde se acondicionará en congeladores especiales que mantienen una temperatura de entre -60 y -80 °C, ultrafreezer, detalló Bianchi.

El laboratorio Calmette será el encargado de planificar y centralizar toda la información de la operación. El equipo de Terminal de Cargas Uruguay realizará la preparación de todos los contenedores con las dosis requeridas para cada punto del país y los entregará para su distribución. La Fuerza Aérea Uruguaya entregará las destinadas al interior, teniendo en Santa Bernardina el centro de operaciones y las de Montevideo y el área metropolitana serán repartidas por Agencia Central.

Para estos traslados se utilizarán cajas especiales que mantienen por unas 72 horas la temperatura adecuada y serán geolocalizadas durante todo el trayecto. El asesor agregó que cada dosis lleva asociado un control de temperatura y de tiempo que asegura su trazabilidad.

Estos insumos serán recibidos, en cada punto de vacunación, por un equipo de seis personas: una que se encargará de la preparación de las dosis, dos vacunadores, una persona para el registro, un vacunador de respaldo, que pertenece a la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa, y un efectivo de seguridad. Bianchi añadió que se cuenta con capacidad protectiva, es decir, un margen de maniobra en la capacidad de vacunación, almacenamiento y transporte frente a la incertidumbre.

En relación con la demanda, indicó que las personas deberán agendarse en un sitio web, según grupo de prioridad, y con su número de documento de identidad elegirán lugar y hora de vacunación. Agregó que en el sistema se cargaron los números de los documentos de quienes pertenecen a los diferentes grupos, por lo tanto, “alguien que no esté en ese grupo no se va a poder vacunar en ese momento”. Dijo que “todo está pensado para respetar perfectamente las prioridades que están definidas”.

Aclaró que el sistema informático de la agenda está planificado para que cada persona que reciba la primera dosis, de forma automática, deba agendarse para el refuerzo en el plazo correspondiente. El número de cédula resguardará la segunda dosis, que se debe aplicar entre 14 y 21 días después de la primera, informó Víctor Píriz, uno de los coordinadores del MSP para la campaña de vacunación de COVID-19. “De esta forma, nos aseguramos de que se reciba la totalidad de la vacuna”, precisó.

Asimismo, sostuvo que en la estrategia se prevén centros de vacunación extraordinarios, de gran tamaño, a fin de que haya una mayor cantidad de puestos simultáneos. En ese sentido, explicó que en Montevideo el Antel Arena admite entre 15 y 28 puestos y el edificio Parque Batlle de la Facultad de Enfermería, 15 más.

Píriz explicó que la logística fue probada mediante simulacros de diferentes escenarios posibles. “Hay que darle la tranquilidad a la población de que se está trabajando intensamente para que la implementación de la campaña de vacunación sea lo más exitosa posible”, concluyó.

 

Responsabilidad, solidaridad y bien colectivo

La especialista en enfermedades infecciosas y asesora de campaña de vacunación de COVID-19 Graciela Pérez Sartori explicó que la estrategia se sustenta en tres valores: responsabilidad, solidaridad y bien colectivo.

Con respecto a estos conceptos, señaló que se trata de responsabilidad en la protección de uno mismo y de los otros, solidaridad para comprender que hay personas con mayor riesgo, que serán las primeras en ser inoculadas, y tener claro que las vacunas representan un bien para el conjunto de la sociedad.

Explicó que, en primer término, se inmunizará al personal de la salud porque es el que está más expuesto, el encargado de asistir a pacientes de COVID-19 y otras patologías. Añadió que en este grupo se priorizará a quienes se desempeñan en los centros de tratamiento intensivo (CTI), profesionales de emergencias móviles y, luego, al resto del personal de la salud, asistencial y no asistencial, de centros de salud y cuidadores de enfermos.

Se continuará con las personas de más de 75 años y las que se encuentran en establecimientos de larga estadía para adultos mayores, donde también se inoculará al personal. Pérez Sartori indicó, asimismo, que, de forma paulatina, se continuará con otros grupos de riesgo, como mayores de 60 años, docentes, policías, bomberos y militares, entre otros. Los enfermos crónicos están incluidos en la lista de población prioritaria.