Para crecer y permanecer en nuestra tierra.

El Historiador duraznense, Lic. Oscar Padrón Favre, disertó en la tarde de este miércoles en la Biblioteca del Palacio Legislativo, en donde se tributó un homenaje a Durazno por su bicentenario.

En la oportunidad Padrón señaló:

“El país sigue viviendo tiempos de Bicentenario, desde 2011 a 2030.

Estas dos décadas del Bicentenario están llenas de aniversarios relevantes, pues ni antes ni después se vivieron 20 años tan cargados de acontecimientos como aquellos de 1811 a 1830. Y entre ellos la fundación de la Villa San Pedro del Durazno, que nació en los días aciagos de la Cisplatina, cuando, por efecto de la derrota definitiva de Artigas, la orden para los orientales, fue clara: “a desensillar y esperar que aclare…”.

– Con “los huérfanos de la Patria” la fundó el entonces Cnel.  Fructuoso Rivera, para dar un espacio de tierra a los que habían quedado sin hogar después de tantos años de guerras, de trashumancia y desgarros.

– Villa de San Pedro, que vivió con especial intensidad la segunda Revolución Patria, iniciada por la Cruzada Libertadora, siendo de las primeras en jurar, en su plaza, la bandera revolucionaria;  que por su importancia estratégica, pretendían tomar los jefes brasileños cuando fueron detenidos en la gloriosa batalla del Sarandí.

– Durazno, la otra Capital posible en el imaginario nacional, la Capital de los Caudillos, como he propuesto que sea denominada. Primero Lavalleja  la hizo Capital de la Provincia Oriental y después Rivera, de la República. Y si Don Frutos no pudo concretar su traslado legal, al menos lo hizo de hecho durante sus dos Presidencias, gobernando con preferencia desde las orillas del Yï.

Incluso un proyecto de ley, después de la Guerra Grande, propuso que allí se instalara…Y no hace muchos años un ex Presidente, el Dr. Jorge Batlle, insistía en que se trasladara hacia ella uno de los poderes del Estado.

– Tierra de mujeres decididas y valientes de la Patria Vieja, como la legendaria Guayreña o de la presencia imborrable de Ana Monterroso y, en especial, de Bernardina Fragoso vecina por varios años. De las damas que conspiraban en política, cuando los hombres estaban ausentes; de las chinas-soldados que acompañaron los ejércitos hasta las últimas patriadas; de las humildes lavanderas que todos los días, desde la primera hora hasta caer la tarde, se las podía ver inclinadas sobre el río Yí.

– La Villa de San Pedro, que eligió José Pedro Varela para realizar el Primer Congreso de Inspectores, fundando en ese acto la Escuela Rural. Donde, en su discurso de cierre, desafió a las mujeres orientales para que dejaran de alimentar el espíritu guerrero de sus hombres y se encolumnaran en la gran causa de la educación del pueblo.

– En la Villa tuvieron residencia los Reyles – Carlos Genaro y Carlos Claudio- impulsores de la transformación de la producción ganadera. El primero, figura enorme, uno de los fundadores de la Asociación Rural; el segundo, principal mentor de la Federación Rural, cabañero y gran escritor.

– Durazno es la ciudad que tiene en el centro de su Plaza Matriz, un sólido monumento de granito gris, levantando por los inmigrantes en 1893, dedicado a Cristóbal Colón, pero que también es un emblema del tesón y esfuerzo de estos hombres y mujeres provenientes del Viejo Mundo que, en la mayoría de los casos, lograron labrarse un futuro mejor. Expresión del  optimismo en el futuro que tenían aquellos inmigrantes, lo es la esfera que corona el Monumento, que actúa como nave del tiempo.

– Festejamos el aniversario del Durazno donde, anualmente, se realiza la Exposición-Feria que organiza la Sociedad Rural, con más de un siglo de vida, antesala del Prado, que desde sus inicios ha expuesto los logros de la ganadería científica moderna, fundada por los Reyles, ya citados, por las Cabañas de Nazábal, Vidart y por muchas otras de prestigiosos cabañeros que existen hasta el presente, destacándose en el plano nacional e internacional.

– Lugar de obras importantes, que cuando el Estado central no podía hacerlas – o no escuchaba – nacían de la iniciativa popular y se financiaban con dineros aportados por los vecinos. Allí están como ejemplos el Puente Sumergible Ing. Federico Capurro, el Teatro Español; templos. También una red de instituciones: culturales, de servicios, deportivas y el antiguo Hospital público, sólido edificio, transformado hoy, felizmente, en sede de la Universidad Tecnológica, que tantas esperanzas ha generado en Durazno.

Citaré ahora una selección de figuras destacadas en distintas áreas pero que son sólo una muestra de las más relevantes y de las generaciones mayores; restringiéndome, además, sólo a la ciudad capital y no a todo el departamento.

– Durazno es la ciudad de escritores como Carlos Scaffo, Pedro Montero López, Generoso Medina, Orlando Aldama. De voces femeninas como Odila Revello, Esther Parodi, Blanca Sosa, Celestina Andrade.

 De estudiosos del pasado como Huáscar Parallada, Fernando Gutiérrez (nativo de Flores pero de predominante residencia en Durazno), Homero Martínez Montero, Antonio Taddei y Eduardo González Pose.

– De músicos como Julio Martínez Oyanguren, Raúl Evangelisti,  Miguel Romaniz, Vicente Navatta, César Zagnoli, Baltazar Benítez, Raquel Fort, Pedro Larrique, Los Vidalín, Joselo Santini y la voz singular de Lágrima Ríos.

– De plásticos como Juan Peluffo, Adolfo Pastor, Edgar Yamandú Sánchez, Gloria Carrerou Patrón, Claudio Silveira Silva y Nelbia Romero.

– De destacados hombres de ciencia y médicos ejemplares, caso de Emilio Penza, Miguel Rubino, Eduardo Calleri y muchos otros que merecen reconocimiento.

– Tierra de mujeres de singular carácter y energía, como Otilia Schultze, gran promotora de la construcción del Hospital y líder del feminismo local; de la Dra. Gracia Scaffo, de ejemplar obra a favor de la infancia desvalida y las madres de bajos recursos; de María Emilia Castellanos, destacada docente y fundadora del Instituto Magisterial; de Rosina Sosa, gran actriz, creadora principal de la institución Pequeño Teatro.

– Es la ciudad de grandes atletas y deportistas en diversas disciplinas; y si de fútbol hablamos, no podemos dejar de mencionar su emblemática camiseta, “la roja del Yí”, una de las más laureadas del interior del país.

– En Durazno, a lo largo del tiempo, han nacido o se han asentado empresas de diversas actividades, que han alcanzado, varias de ellas, prestigio fuera de fronteras. Es el caso de antiguas platerías, de molinos harineros, de barracas, de fábricas de productos en hormigón, de frigoríficos, de empresas de transporte carretero, de industrias lácteas.

– En ella está establecido, desde hace más de 12o años, el Regimiento No. 2 de Caballería “Tte. Gral. Pablo Galarza” y desde hace más de 80 la Brigada Aérea 2 “Tte. Av. Walter M. Parallada”.

Pero una Ciudad es, ante todo –y sobre todo – lo que es su gente.

Y el duraznense es el fruto de un intenso mestizaje, donde se han entrelazado las antiguas sangres indígenas, morenas e íbero-criollas, con gente de diversos lugares del Viejo Mundo. Y hoy, felizmente, hemos vuelto a recibir inmigrantes.

Pero en los cimientos de la siquis colectiva permanece el alma gaucha: sencilla, hospitalaria, de buen humor, solidaria, tal como se ha expresado en tantas oportunidades a lo largo de su historia, por ejemplo llevando adelante campañas para ayudar a los más desprotegidos, o enfrentando impensados desafíos, como ha quedado de manifiesto en la dura lucha contra la pandemia que tanto nos aflige.

– Su gente, como lo señaló Hudson, “es amante de la música, como los pájaros”. Esa característica, unida al espíritu hospitalario y su posición central en el territorio, ha permitido organizar grandes encuentros culturales, que se han mantenido por décadas, como los Festivales de Coros, desde los años 50, luego el Festival de Folklore y las Llamadas del Interior. También los encuentros de Rock se volvieron únicos, motivo de hermosa peregrinación de la juventud de todo el país hacia el Parque de la Hispanidad. 

– Durazno es la ciudad recostada sobre el Yí, hermoso curso de agua – “que corre como el aceite”, dijo Roberto Cunninghame Graham. Desde los orígenes ha brindado en abundancia agua, leña, arenas, alimento y recreación a los pobladores…pero, a la vez, con frecuencia el río se vuelve arrogante y se desborda en enormes inundaciones, que castiga a los más humildes… felizmente ya no como antes.

– Es la ciudad histórica que en su casco fundacional muestra varios testimonios patrimoniales de singular valía, destacándose la Casa del Gral. Rivera, el lugar donde estuvo la Casa de Gobierno de Lavalleja, el remozado Teatro Español y la singularísima iglesia San Pedro, cuyo interior es obra del Ing. Eladio Dieste.

Mucho más podría decirse pero ya he ocupado bastante la atención de ustedes.

Una última consideración.

– El departamento de Durazno que en 1908, tiempos de esplendor, tenía 42.000 habitantes, hoy, 113 años después!!, apenas ronda los 60.000. Lamentablemente, el desmesurado centralismo del pasado siglo XX impactó muy fuerte en toda la zona central del país y el departamento de Durazno fue de los que más temprano, y con mayor rigor, sufrieron ese proceso. La ciudad de Durazno, proporcionalmente, creció mucho, pero lo hizo al alto precio de que su interior departamental se vaciara de forma dolorosa.

Hoy la ciudad cumple dos siglos, ha sido un largo camino… Desde hace varios años distintos indicadores, de diverso orden, señalan que su crecimiento y transformación se ha acelerado. Hago votos para que eso se sostenga y se incremente en el tiempo, para que valiéndonos de las  tecnologías digitales se dé a las nuevas generaciones las oportunidades de formación terciaria y universitaria que no tuvieron sus padres, que les permitan – si así lo desean- crecer y permanecer en su tierra. MUCHAS GRACIAS.”