Voz del interior que se apaga.

Falleció en las últimas horas el colega presentador de espectáculos, maestro de ceremonia, locutor e informativista de Treinta y Tres, Luis Piñeiro quien fuera el homenajeado en el pasado festival “A Orillas del Olimar” con la Guitarra Olimareña.

Seguramente la noticia no aparecerá en los grandes medios porque los que abrazan esta profesión y logran destacarse en el interior del país, parece no existir para los que solo se nutren de las caras que producen programas en canales o radios capitalinas.

Luis, como Walter Bique en Tacuarembó, o “El Serrano Abella” en Melo o Sergio Sánchez en Maldonado son de tan alto profesionalismo que verlos o escucharlos es un verdadero placer y los espectáculos donde se lucen, se benefician por esa calidad que no te la da el medio donde trabajas, sino que se nace y se va forjando con años de entrega y dedicación.

Luis estaba complicado de salud, pero aún así, en su muro de Facebook, 24 horas antes de fallecer escribía:

“Los amigos que me siguen en mi Facebook y en mi Página de Información, que suman unos 20 mil, saben que no soy de escribir en este estilo. Pero lo voy a hacer:

¡Vivan, carajo! ¡disfruten! abracen, besen, disfruta de abrir los ojos y ver la luz del día cada mañana y observar cada detalle de las flores más sencillas, de los paisajes más hermosos. de tus afectos, de tus amigos, de los mensajes que simplemente digan “como amaneciste”. esas son las cosas que tienen valor. son los milagros más grandes que nos ofrece Dios y muchas veces no los valoramos. 

Terminala con eso del “llego tarde”, “tengo que hacer tal cosa”, abraza a tus afectos, si él o ella esta durmiendo, dale el beso en la frente y di para tus adentros, “te amo”

Vivan, carajo, ¡¡¡no sean cobardes!!!

Se los dice alguien que por esas de la vida lo está aprendiendo tarde. Pero más tarde que nunca. Y no es una despedida. Y si lo fuera, me voy en Paz. Y eso no tiene precio. Y se van todos en mi corazón. Y lo digo reconociendo que el que tiene la última palabra, es Dios. Y lo que el decida, Está bien. y no lo digo porque ya me sienta vencido. hasta el último segundo, la voy a pelear. y los amigos de mi alma, saben que he sido guerrero toda mi vida. claro, siempre hay una última pelea. pero en esa, ya lo dije, manda Dios.

Han sido, todos lo que me quieren bien, los “palenques” de mi vida.

¡¡¡Vivan, carajo!!!”