No es simplemente una frase inventada a la ligera y cuyas palabras puedan intercambiarse apenas a un necesitado de protagonismo se le ocurra.

 Un día para la esperanza es un toque al corazón de la gente, que hace más de 15 años un grupo de periodistas que integran la ADP, comenzaron a identificarla con la jornada solidaria que anualmente desarrollan para beneficio de instituciones del medio.

En los tiempos que vivimos de una actitud proclive al individualismo, al alejamiento de los problemas que afectan a la sociedad, a refugiarse en un mundo donde priman la autocomplacencia, el mero disfrute o la resistencia a asumir que, más allá de sus intereses particulares, la realidad es como es y poco se puede hacer por modificarla, un día para la esperanza ha sido un instrumento que posibilitó a los comunicadores de Durazno situarnos en la posición que lleva a un mayor compromiso y sentido de la responsabilidad, asumiendo que nada de lo que ocurra en el mundo nos puede ser ajeno.

No ha sido, desde luego, una tarea fácil si se tienen en cuentan los múltiples señuelos que inducen a mirar para otro lado. Pero la realización cada año de una Jornada Solidaria, me ha enseñado que así es posible dignificar el papel que ocupamos en un mundo de injusticias, en el que nuestra participación, por modesta que sea, siempre será indispensable.

Estamos a las puertas de una nueva instancia, para la cual tanto la ADP como ADID están trabajando desde hace varios meses.

Seguramente muchas empresas y comercios reciben a esta hora los pedidos de colaboración para la instancia del 31 donde buscamos seguir ayudando a la Asociación de Impedidos Duraznenses, ejemplo de solidaridad indiscutible en nuestro medio, y a la que no podemos dejar sola.

Y es así donde un día para la esperanza es el de hoy y el de mañana, cuando los que puedan dar lo hagan, porque el corazón se fortalece al ser solidarios.

Quienes conocemos la gran obra de ADID, como se trabaja, con cuanto cariño y dedicación y sabemos de las dificultades enormes para mantener una enorme estructura tanto edilicia como funcional, exhortamos a responder efectivamente al pedido de ayuda.

No solo estará siendo solidario, estará sembrando una buena semilla que dará frutos en el futuro. Porque nada se compara con la satisfacción de ver a otra persona feliz sin recibir nada a cambio.

Por Jesús Correa