Que la discapacidad es una cuestión de derechos humanos, parece en la actualidad ser una afirmación no factible de ser cuestionada. Sin embargo, hasta tiempos no muy lejanos, la mirada hacia la discapacidad partía desde una concepción caritativa, que no llegaba a comprender la complejidad social de este fenómeno.

Desde su creación, ADID ha ido intentando lograr un cambio radical en esa forma de ver y sus directivos, los de hoy y los de siempre, procuran, promover, transmitir y proveer a la persona en condición de discapacidad, las herramientas, conocimientos, experiencias y motivación para que logre incluirse en la sociedad y a la vida productiva de manera responsable, independiente y digna.

Los Talleres, que se realizan durante todo el año, resultan una muestra más que elocuente de lo que puede lograrse con mucho amor.

Hace unas horas, en su sede de la calle Pérez Castellanos, los trabajos fueron expuestos con el orgullo, principalmente, de alumnos y profesores.

Quienes reciben los beneficios de la Institución, son duraznenses de todas las edades y resulta emocionante ver en los ojos de ellos la satisfacción por lo logrado. Son sus manos lo que lo hicieron, porque más allá de las dificultades propias de sus situaciones particulares, están reivindicando y ejercitando un eslogan que es  como una seña de identidad del colectivo de la discapacidad, esto es: “nada para nosotros sin nosotros”.