Preocupación por consumo de drogas y alcohol.

Preocupa alto consumo de alcohol y drogas en menores, especialmente en chicas, de acuerdo a los datos que surgen de una encuesta de la Junta Nacional de Drogas, que también advierte un alza en el uso de bebidas energizantes.

La Junta Nacional de Drogas (JND) presentó este jueves los resultados de la IX Encuesta Nacional sobre consumo de drogas en estudiantes de enseñanza media.

El evento tuvo lugar en la Torre Ejecutiva y contó con la presencia del prosecretario de la Presidencia de la República y presidente de la JND, Dr. Rodrigo Ferrés; de la subsecretaria de Educación y Cultura, Lic. Ana Ribeiro; del subsecretario de Salud Pública, Lic. José Luis Satdjian; del presidente de Anep/Codicen, Dr. Robert Silva, y del secretario general de la JND, Dr. Daniel Radío.

El universo de estudio del trabajo fueron los adolescentes de 13 a 17 años, escolarizados en ciudades de más de 10.000 habitantes.

La institución realizó un muestreo por conglomerados bietápico y obtuvo una muestra representativa a nivel nacional de 5096 estudiantes distribuidos en 104 centros educativos y 297 clases de centros de enseñanza públicos, privados y de educación técnica.

El trabajo de campo se desarrolló entre el 24 de setiembre y el 5 de noviembre de 2021.

En resumen, los principales resultados del trabajo son los siguientes:

Alcohol:

8 de cada 10 estudiantes han consumido alcohol alguna vez en su vida. 7 de cada 10 en el último año y casi la mitad en el último mes.
En 2021 se constata por primera vez que el consumo de alcohol alcanza una mayor proporción en mujeres que en varones.
Casi 3 de cada 10 de los estudiantes han tenido uno o más episodios de abuso de consumo de alcohol en los últimos 15 días. El abuso de alcohol es algo mayor en el interior del país respecto a Montevideo.

Bebidas energizantes:

7 de cada 10 estudiantes ha consumido bebidas energizantes alguna vez en su vida. Esta sustancia registra un aumento muy marcado respecto a la medición de 2018 en los tres indicadores de prevalencias.
Es la sustancia más consumida por los menores de 15 años.

Tabaco:

El 9% de los estudiantes ha consumido tabaco en el último mes. Este indicador vuelve a mostrar un descenso luego de un período de estabilidad entre 2016-2018.
Las mujeres consumen tabaco en mayor medida que los varones. La prevalencia del consumo en el último mes en las mujeres es de 18,2 % y en los varones de 12,1 %.

Cannabis:

Uno de cada 4 de los estudiantes ha probado cannabis.
El 19 % de los estudiantes consumieron en los últimos 12 meses; nuevamente, en el colectivo de las estudiantes mujeres la declaración de consumo es mayor. La percepción del riesgo del consumo de cannabis no presenta cambios en las últimas dos mediciones.
Para las tres prevalencias de consumo de cannabis, se observó una tendencia creciente en el período 2011-2016 que luego se estabilizó y no presentó diferencias entre 2016-2021.

Cocaína:

El 2,6 % de los estudiantes consumieron alguna vez en su vida cocaína, en tanto el consumo en los últimos 12 meses alcanza al 1,4 %; no se presentan diferencias significativas con las tres últimas mediciones.

Tranquilizantes:

El 24 % de los estudiantes ha consumido tranquilizantes sin prescripción médica.
La magnitud del consumo de estas sustancias es mayor en mujeres que en varones.

Alucinógenos y otras drogas:

El consumo de alucinógenos alguna vez en la vida alcanza el 3,3 % de los estudiantes.
La experimentación con drogas de síntesis, entre ellas el éxtasis, es declarado por el 2,7 %.
Los estudiantes que han consumido pasta base alguna vez en su vida son 0,7 %, lo que mantiene la estabilidad registrada desde 2011 y confirma el uso marginal de esta sustancia en la educación media.

A destacar:

Persistencia del elevado consumo de alcohol.
Aumento muy relevante en el consumo de bebidas energizantes, particularmente entre los estudiantes de menor edad.
Mayor nivel de consumo de alcohol, cannabis, tabaco y tranquilizantes entre las adolescentes mujeres que en sus pares varones.
Impacto de la exposición al consumo en el hogar: mayor accesibilidad de sustancias y legitimación de los consumos.
Implicancia e involucramiento de los padres con sus hijos: sus actividades y su mundo, entornos familiares contenedores con estándares claros de conducta son factores de protección extremadamente relevantes en los primeros años de la adolescencia.