Un niño estira su manito hacia el cabezudo y este le arrima su cara para que pueda tocarle. Es un momento mágico para el pequeño y es una postal de lo que es el Carnaval.

Cada vez que Momo convoca, responde una multitud, que vive la fiesta sin importarle la calidad de lo que se ofrece. El carnaval es una celebración, un encuentro del pueblo con el pueblo, una explosión de colores,  la excusa perfecta para liberarse de sinsabores.

Las imágenes son una pequeña muestra de lo que se vivió esta noche en la calle Manuel Oribe, totalmente colmadas sus veredas, disfrutando el sonar de tambores, la alegría de las máscaras, las cimbreantes caderas de las morenas y los cantos emocionados de los murguistas.

Tal vez faltaron papelitos y serpentinas, pero sobró sonrisas.

Es el Carnaval.

Fotos y texto: Jesús Correa