Foto meramente ilustrativa.

¿Qué nexos pueden existir entre el quehacer cotidiano de un comerciante con el fortalecimiento y construcción de una sociedad sostenible y democrática?

Para la comprensión del nexo entre el comerciante con la responsabilidad social, ese vínculo está visiblemente presente, en esa interacción con ese otro llamado comunidad.

El comerciante es uno de los actores sociales llamados a ocupar roles protagónicos en la evolución de las ciudades.

Como proveedor de bienes y servicios, es el agente económico que estrecha directamente la mano de la ciudadanía, en su faceta de vecino, cliente o consumidor. Y a su vez, es quien tiene capacidad para apoyar  un acontecimiento para la comunidad.

No siempre encontraremos a comerciantes dispuestos a aliarse o cooperar, por muy alta que sea su capacidad de relacionarse.

La ausencia puede manifestarse en la escasa participación en los acontecimientos locales.

Algo así está sucediendo en Durazno en este clima tan especial que tiene la ciudad por su bicentenario.

Comercios que tienen sus casas centrales en Montevideo guardan una nula identificación con el lugar donde operan sus negocios. Lo comprobamos cuando se niegan a colocar, como mínimo, un pequeño logo en sus vidrieras.

No entienden que ello significa de alguna manera, negarse a participar o tener alguna vinculación con los vecinos y entonces su nexo con el entorno es estrictamente comercial, sin atribuirle sentido de comunidad. Se limita a la relación vendedor-cliente.

El afecto por el lugar está ausente, mientras la mayoría de los comercios propiedad de duraznenses, se adhieren con decisión e ingenio.

Una pena.

Sería bueno que se cambie el rumbo, entendiendo que, la construcción de lealtad con la comunidad, cuando se logra, es el instrumento que permite lograr confianza, refuerza el vínculo y expande otras posibilidades en la relación.

Y además, es la mejor forma de responder efectivamente a la propia gente que constituye su clientela.