Así quedaron las sillas tras una jornada de lluvia del Festival de Durazno.

La noticia surgida en las últimas horas de que el 50º Festival Nacional de Folclore a realizarse en febrero próximo tendrá entrada gratis, ha sido recibida con beneplácito por los duraznenses.

Y no es para menos.

El Festival ha perdurado durante cinco décadas gracias al apoyo incondicional de los lugareños y cientos que, sin serlo, apoyaron con su presencia durante 27 años en el Estadio “Landoni” y en los últimos 22 en el Parque de la Hispanidad.

No hubo lluvias intensas y temporales insoportables que impidieran ser espectadores de cada una de las jornadas.

El segundo Festival – por ejemplo – se hizo los tres días bajo lluvia incesante y cuando todo suponía que la organización iba a suspenderlo, la gente se agolpó en la entonces Casa de la Cultura y golpeando sus vidrieras pidió que el evento se hiciera.

Y se hizo nomás.

Fue una especia de segundo nacimiento.

Las imágenes que conservamos como un tesoro y hoy mostramos, son lo suficientemente elocuentes: parapetados bajo paraguas, nylon y otros elementos, soportaron la lluvia que cayó sin piedad y disfrutaron del espectáculo como las mejores noches de luna llena, cielo de estrellas y temperaturas de verano.

Y después, en años siguientes, la lluvia se transformó en visitante conocido y le gente se acostumbró a vivir su fiesta sin importar el mal tiempo.

Por eso, que hoy se resuelva no cobrar la entrada en las Bodas de Oro del Festival, es, tal vez sin proponérselo desde la organización, un justo premio para los duraznenses y a los siempre presentes espectadores de diversas partes del país.

El Festival le pertenece a la gente y pensar en ella es justo, correcto y necesario.