Mientras el río baja, mientras muchos se aprestan a reacondicionar sus viviendas para volver, el tema inundaciones parece querer perder el tono de dramatismo y es de temer que en pocas semanas pase al olvido.

Todo esto no termina apenas baja el agua, no imaginen simple agua de río, sino totalmente contaminada, donde hay que desinfectar, baldear, cepillar y esperar a que seque para poder pintar y paulatinamente volver al hogar.

Lamentablemente en Durazno como en otras ciudades del interior hay mucha necesidad de viviendas, pero las soluciones habitacionales no están, o no son suficientes.

En lo departamental, ya en 1974 se aprobaba una Ordenanza de Zonas Inundables que delineaba políticas a seguir, que establecía erradicación de los barrios más atacados, construcción de nuevas viviendas, etc. Pasados 45 años muy poco se ha hecho y lo que es peor, se ha violado esa ordenanza manteniendo el problema.

En lo nacional, si queremos ser un país con verdadera justicia social, debemos mirar también a las zonas bajas de nuestras ciudades, generar un real plan social de viviendas, en un tiempo razonable, aplicando técnicas eficientes de construcción, debiendo aprovechar los tiempos de bonanza económica, nuestra trama social está muy afectada y cada día se hace más difícil mostrar los modelos a seguir, porque simplemente los ejemplos no están a la vista.

Solo hay que recorrer el Uruguay y ver nuestra realidad en forma imparcial, sin discursos políticos, no tenemos rutas en condiciones para transitar, las calles de nuestras ciudades son malas, decimos ser un país turístico pero carecemos de servicios y somos extremadamente caros.

Soy un convencido de que hay un Uruguay posible, pero las cosas no se hacen solas, todos debemos empujar.

Por eso, las soluciones deben ser encaradas como proyectos y acciones a corto, mediano y largo plazos, estableciendo prioridades como la actuación en emergencias como estas, pero sin perder de vista el objetivo principal. El mismo debe estar ligado a la realización de un trabajo serio, que ponga fin a décadas de repetidos errores y situaciones que tienen ligazón con cuestiones políticas. Se trata de combatir el drama de miles de familias con una mirada integral que abarque la problemática compleja que representa esa situación repetida y plantar cara a la pobreza y la marginación con soluciones eficaces que se mantengan en el tiempo, aunque cambien las administraciones de los gobiernos.

Si eso no se logra, no habrá esperanzas de cambio real.

Por Jesús Correa

Fotografía de la Publicación de Momentos en facebook